Mi dirección IP
La singularidad de las direcciones de usuario, que hoy en día proporciona la tecnología IP, es importante tanto para el espacio global de Internet como para las redes locales.
Cada dirección IP tiene dos partes: un número de red y un número de host. Para acceder a Internet global, una dirección IP interna no es suficiente: esto requiere una IP externa proporcionada por el proveedor.
Diferentes regiones tienen sus propios registradores de Internet (RIR). Por ejemplo, en África es AfriNIC y para América del Norte es ARIN. Los RIR regionales reciben grandes bloques de direcciones de la IANA y los distribuyen a los proveedores, quienes a su vez emiten direcciones IP únicas para los usuarios conectados.
Es importante comprender que una dirección IP no se asigna a un solo dispositivo o enrutador/enrutador, sino a una conexión de red general. Entonces, cada puerto del enrutador puede tener su propia IP, y también puede haber varios de ellos en el nodo final: por la cantidad de conexiones de red. Además, en redes aisladas, el número de IP puede ser asignado arbitrariamente por el administrador, desde la base de datos proporcionada de números RIR.
Historia de la creación del protocolo TCP/IP
El desarrollo y la mejora del protocolo IP está indisolublemente ligado a la historia de Internet global. Todo comenzó con la red informática ARPANET en 1969, que unió cuatro centros de investigación espaciados en los Estados Unidos de América.
La red ARPANET fue reconocida como una dirección prometedora y en el mismo año recibió su propio servidor, que se instaló en la Universidad de California, Los Ángeles. La tecnología informática de aquellos tiempos estaba lejos de las PC modernas: el terminal que servía a ARPANET tenía solo 12 kilobytes de RAM.
En 1971, se desarrolló el primer programa de correo electrónico en los Estados Unidos. Para 1973, la tecnología de correo electrónico se había vuelto internacional y se establecieron enlaces por cable entre los EE. UU., el Reino Unido y Noruega. Para enviar cartas al otro hemisferio, se utilizó un cable telefónico transatlántico tendido a lo largo del fondo del océano.
Hasta finales de los años 70, la red mundial de información se utilizaba principalmente para enviar y recibir mensajes de texto (cartas), así como para enviar publicidad y publicar anuncios en forma de texto (sin gráficos).
Se considera que el nacimiento del protocolo IP es 1981, cuando finalmente RFC 791 aprobó los estándares para su funcionamiento. Antes de la introducción de estos estándares, se asignaban números únicos a los dispositivos y redes conectados de forma arbitraria, sin un control centralizado, y desde 1981 entró en vigor un único estándar global, comprensible para los sistemas informáticos de todo el mundo.
En enero de 1983, ARPANET comenzó a operar sobre TCP/IP y estableció el nombre Internet, que todavía se usa en la actualidad. A partir de ahora, cada dirección de Internet se procesa automáticamente y contiene información sobre la ubicación aproximada del propietario. Por ello, desde 1983, a cada ordenador se le han asignado dos direcciones: digital y dominio.
Beneficios de TCP/IP
Introducido en la década de 1980, IP utiliza 32 bits divididos en cuatro octetos de ocho bits. Cada uno de ellos se muestra en formato decimal y está separado de los octetos adyacentes por un punto.
En general, una dirección IP se ve así: 127.23.89.100. Los primeros tres bits de información en el número de IP se definen como la clase de la dirección: A, B, C. Cada uno de ellos usa sus propios octetos en el identificador de red, lo que reduce la cantidad posible de hosts en clases de orden superior.
Los beneficios de utilizar la tecnología TCP/IP:
- Versatilidad de aplicación.
- La capacidad de crear enlaces multiplataforma entre redes heterogéneas.
- Capacidad de retransmitir paquetes de datos - orientado a la conexión.
- Evitar la congestión de la red, incluida la reducción AIMD aditiva/multiplicativa.
- Detección de errores mediante el cálculo de sumas de verificación de datos.
La principal ventaja de la conmutación IP es la distribución global de la red y la ausencia de un único centro de control que podría convertirse en un cuello de botella en el sistema. IP, por su propia naturaleza, está protegida contra la congestión y siempre utiliza el ancho de banda máximo de las comunicaciones de la red.
Hasta la fecha, no existe un reemplazo alternativo para él. La conmutación de IP es omnipresente no solo en los sistemas informáticos, sino también en la telefonía y la televisión.
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